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miércoles, 1 de agosto de 2012

El cielo sobre Berlín, Wim Wenders

"Nunca he estado sola. Ni he estado con los demás, ni conmigo misma. Pero me hubiese gustado estar sola por fin. La soledad significa ser por fin enteramente uno mismo. Ahora puedo decirlo: esta noche al fin estoy sola. Se acabó el azar (...) No se si existe el destino, pero las decisiones si existen. Decídete. Ahora nosotros somos el tiempo. No sólo la ciudad entera, el mundo entero participa de nuestra decisión. Ahora los dos somos más que únicamente nosotros. Encarnamos algo (...)

Estoy dispuesta. Ahora es tu turno. Tienes las cartas en tu  mano. Ahora o nunca. Me necesitas. Me necesitarás. No hay ninguna historia más importante que la de nosotros dos. La del hombre y la mujer. Será una historia de gigantes. Invisible, trasladable, la historia de unos nuevos ancestros. Mira, mis ojos son la imagen de la necesidad, del futuro de todos los que están en la plaza.

La noche pasada soñé con un extraño, con mi hombre. Sólo con él podía estar sola. Abrirme a él. Recibirlo totalmente en mi como algo completo. Encerrarlo en el laberinto de la felicidad compartida. Sé que eres tú."



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