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martes, 18 de marzo de 2014

Mi último día

Si mañana fuera mi último día podría decir de la vida lo que he aprendido hasta ahora:

-Siempre hay que tener un plan B (y un C, también)
-Que la falta de madurez o experiencia no es excusa para justificar las malas decisiones, nadie te enseña a ver con claridad esas cosas, a cuidar las cosas importanes (ojalá pudiera volver a aquel sitio y decirle a mi yo del pasado que no lo hiciera, que se arrepentiría).
-Que el Tiempo siempre será Empo, aunque Emponio ya no exista.
-Que Antonio es el Aleph.
-Que aquello que creía imperdonable no es nada, en comparación con lo que he vivido después. Hay cosas que no tienen importancia.
-Que "he podido olvidarte y no he querido. Que por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste".
-Que nadie me llenará de magia, risa y música la vida otra vez (y lo he intentado).
-Que ahora estás donde tienes que estar.
-Que hay un trozo de (...) en cada canción que canto. Y el precio de su recuerdo, es la tristeza que el propio recuerdo me trae.
-Que tengo que deshacerme de esos veranos eternos que aun viven en mi cabeza.
-No he vuelto a sentirme especial, única, ser un enigma para el otro.
-Que no he vuelto a sentirme compañero de viaje sólo complemento.
-Que existen fantasmas de mujeres por todas partes contra las que tengo que luchar continuamente.

Si llego a saber que mi futuro iba a ser así no habría tomado decisiones equivocadas en el pasado.
Una vez conocí la felicidad pero pensé que merecía más y la destruí.
Ahora se que tuve entre las manos algo que no se volverá a repetir jamás.

He aprendido la lección. Ahora, ¿Cuánto más va a durar esto?
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Y si mañana no es mi último día...
Mierda, no tengo plan B