Si es cierto, Cloris, que me amáis,
y creo que en verdad me amáis,
dudo que ni aún los dioses
sientan un gozo igual al mío.
¿Cuán inoportuna sería la muerte
si viniera a trocar mi suerte
por la felicidad de los cielos!
Todo lo que dicen de la ambrosía
no seduce mi imaginación
a cambio del favor de tus ojos.
(Théophile de Viau, 1590-1626)