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viernes, 27 de mayo de 2011

Salir con chicas que no leen | salir con chicas que leen

Tengo una historia para ti:

Acabo de leer hace un rato el magnífico artículo de El Malpensante.com que lleva por título el mismo que he señadado donde da razones para elegir a una chica que no lee antes que a una chica de biblioteca.  Me ha parecido un cuento muy bonito donde comienza con una historia feliz y típica y acaba siendo insulsa, vacía, tortuosa y desesperanzadora; donde el protagonista se da cuenta de que ha tirado su vida por la borda por culpa de seguir  lo que todo el mundo quiere (¿quién puede querer una vida así de insustancial? un conformista, quizás). Al final del artículo el lector encontrará una verdadera historia de amor.

Sal con una chica que no lee

Esta parte, escrita por Charles Warnke, parece más una carta triste de alguien que se sabe incapaz y poco digno de estar a la altura de un ser humano con horizontes más altos que el de ir de shopping por las tardes. Sal con una chica que no lee, encuéntrala en medio de un bar, cautívala, llévatela a tu apartamento y tíratela. Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Deja que pasen los años sin que te des cuenta...

Sin embargo, me encanta como describe a una chica que lee refiriéndose a ella como la que te complicará la vida porque entenderá cada gesto, cada pausa, cada respiración que la brindes con tu conversación. Todo ello, con un tono de melancolía y nostalgia que me ha cautivado (quizás el autor ha perdido a alguien especial y la echa de menos). Se le ve el plumero cuando termina su carta dirigiéndose a la chica que lee (evidentemente ella está leyendo el artículo en ese momento). La llama para que atienda a las razones por las que no está con ella:

Tú, la chica que lee, me haces querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tu has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo del escrito. No podrás resignarte a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el primer tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio.

Sal con la chica que lee

Atención, en esta parte, la chica que lee se revela y da su versión. Describe una historia de amor como ha intentado describir al principio el otro autor pero esta vez llena de vida, pasión, mágia, cortejo, fantasía, seducción.
Encuentra a una chica que lee, es aquella que mira con amor las estanterias de las librerias, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. Está sentada en el café, acércate a ella, siéntate a su lado. Es fácil salir con una chica que lee. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesia o una canción. Comprende que ella es consciente de la realidad y la ficción pero no la culpes si intenta que su vida se asemeje a su novela favorita. Miéntele, fállale ¿ por qué tienes miedo de lo que no eres? ...le propondrás matrimonio en un viaje en globo, les pondréis nombre raros a vuestros hijos, sonreirás con tanta fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado ya.

El final es genial

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces a una mujer capaz de darte  la vida más colorida que te puedas imaginar. O mejor, con una que escriba.


Este artículo me ha hecho recordar muchas cosas de las que renegué en su momento. Mi forma de ser. Querer ser otra cosa, otra persona, al darme cuenta de que nadie valoraba ni valorará a una chica que busca la ilusión en cada paso que da, en cada piedra u hoja de su camino; que se ensimisma  mirando cualquier que flota por el aire. Yo seguiré siendo yo y no ese esterotipo de chica que parece molar y poner a los hombres conformistas. Y sobre todo, dejaré de hacerme preguntas sin respuesta, a veces obviamos la capacidad que tienen algunas personas de no ver más allá de un par de senos. No me avergonzaré nunca jamás de ser quien soy.


En cuanto al artículo, sólo tengo una palabra para describirlo: S U B L I M E

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