Nos están engañando.
El tiempo es mentira
-siempre fue disfraz-
y los relojes insumisos
no respetan los segundos.
Nada es lo que parece
en las agujas que marcan
el socavón que se abre
entre un destino que no llega
y ese otro, el inesperado,
el que llegó a destiempo.
Se apilan los años en el lomo
de los silencios y las palabras
y los minutos se saltan
los semáforos que pusimos
inocentes y crédulos
como las estaciones.
Al cuerpo deshojado le salen
unas alas enormes y brillantes
que incendian los sueños
y se alisa el rostro y sonríes...
Sonríes hasta que compruebas
que son de plástico y no funcionan.
Las alas del tiempo también...
También son mentira.
Al menos tú, aquí y ahora,
eres verdad
y en este instante preciso
somos tiempo
compartido
y alas de pensamiento.
El tiempo es mentira
-siempre fue disfraz-
y los relojes insumisos
no respetan los segundos.
Nada es lo que parece
en las agujas que marcan
el socavón que se abre
entre un destino que no llega
y ese otro, el inesperado,
el que llegó a destiempo.
Se apilan los años en el lomo
de los silencios y las palabras
y los minutos se saltan
los semáforos que pusimos
inocentes y crédulos
como las estaciones.
Al cuerpo deshojado le salen
unas alas enormes y brillantes
que incendian los sueños
y se alisa el rostro y sonríes...
Sonríes hasta que compruebas
que son de plástico y no funcionan.
Las alas del tiempo también...
También son mentira.
Al menos tú, aquí y ahora,
eres verdad
y en este instante preciso
somos tiempo
compartido
y alas de pensamiento.
1 comentarios:
Gracias otra vez por compartir mi poesía.
Un abrazo.
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